domingo, 15 de junio de 2014

No lo sentencies

Tanto va el cántaro al río hasta que al final se rompe, esta frase que indica que el repetir muchas veces una acción puede desencadenar en un resultado nefasto, me viene muy bien para explicar lo que opino de llamarle a los niño, malos, tontos, bestias, subnormales y un sinfín de adjetivos que se usan a los ligera sin pensar en las consecuencias negativas que pueden tener estos comentarios en la vida del niño.
Hace unos días lo hablaba con unas mamás del cole y una de ellas dijo: no soporto que mi marido se refiera a mis hijos como "bestias pardas". Supongo que ese padre no lo dice en el sentido literal, pero eso no lo justifica.
Debemos pensar que la mente de los niños son tan puras e inocentes que se creen todo lo que les decimos, si estás constantemente diciéndole a tu niño ¡eres muy malo! o ¡qué tonto eres!, lo más seguro es que se lo termine creyendo y actúe como tal.
Recuerdo una escena de cuando tenía unos 11 años, estábamos en casa, mi madre, mi hermano pequeño, una vecina y yo. El niño no paraba y mi madre le decía: ¡te vas a caer!, la vecina le dijo: no lo sentencies, mejor dile te cuidado de no caerte, o bájate de allí. Esa conversacion se me quedó grabada e intento aplicar el consejo siempre. Lo mismo pasa con los adjetivos, prefiero decirle a mi hijo lo buen niño que es, lo mucho que lo quiero, lo bien que ha jugado en el partido del fin de semana y lo orgullosa que estoy de ser su madre, quiero que los recuerdos de su infancia sean positivos y que crea que es capaz de triunfar, que es capaz de alcanzar sus metas. 


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